El pasado sábado 28 de septiembre, la Editorial Arte y Literatura realizó en Cuba la presentación del libro: CANCIÓN DE ANTIGUOS AMANATES de la escritura Laura Restrepo. La obra ya había sido presentada en la Feria del Libro de la Habana, en febrero pasado.

Fue un acto muy interesante, llevado a cabo en la plaza de Armas de la Habana y y con un nutrido público. La autora  envió un escrito para ser leído en el acto, el cual me permito anexar:

Unas palabras para el acto de hoy:

Escribo estas palabras y este abrazo a mi bella y amada isla de Cuba, tras regresar de recorrer a pie la ciudad de Barcelona, en la radiante y multitudinaria marcha  de un glorioso atardecer rojo, verde y blanco de condolida y solidaria rebeldía contra el genocidio, con ríos de juventud -de la muy joven y ya no tanto- exigiendo a los gobiernos europeos la ruptura con Israel y el fin del alcahueteo con el criminal.

Dos estandartes en todos los pechos y las banderas: el blanquinegro pañuelo palestino y los míticos cedros del Líbano sobre franjas rojiblancas.

Tras horas de caminata, descansaba yo un momento en un banco de la acera, y un par de muchachas musulmanas, de cabeza cubierta por velo, sentaron a mi lado a su anciana madre, a quien le dieron las mochilas que cargaban, cuídalas, mama, le decían, y a mí, que quedé sentada al lado.

-Cuida a nuestra madre, por favor, mientras vamos a la mani, -me pidieron, y se alejaron gritando consignas, y ahí quedé yo, anclada con a la señora, que me sonreía, muy calladita ella y arropada de negro mientras la multitud pasaba de largo y yo trataba de resolver el dilema: o cuido a la viejita, o sigo con la marcha.

No hablaba, ella, pero sonreía y me miraba, y yo le mostré, en la pantalla de mi móvil, cómo en la asamblea de Naciones Unidas los asistentes abandonaban en masa la sala cuando empezó a hablar Netanyahu, y ella asentía con la cabeza y nos tomamos de la mano.

Esta es la Reina de Saba, pensé, esta es ella, milenaria y cansada. Y recordé con alegría que al día siguiente, (o sea  hoy, sábado), la Reina de Saba -mi Pata de Cabra-, estaría en la Habana, y que Osmany y Omar se sentarían a su lado, y conversarían sobre ella y la tomarían de las manos, y le dirían, descansa ya, vieja peregrina, reina de migrantes y desterradas, descansa un poco, Pata de Cabra, ya estás en Cuba, ya has llegado”.

Me parece conveniente montar este evento en la página web del Ministerio.